Buscando Océanos Azules

¿Cómo te ves a ti mismo y cómo lo “vendes” a los demás?

By Mercadeo Para La Vida

 

Lo más común hoy en día cuando queremos iniciar nuestro propio negocio es comenzar a trabajar en lo que sabemos, nos gusta y en lo que tenemos mucha experiencia. Tomamos la decisión de nuestras vidas y nos emprendemos en esta dura y responsable tarea.

Cuando ya tenemos todo listo y nuestro negocio arranca, vivimos en carne propia lo que es la competencia: leal o desleal.

Es entonces en este punto que debemos generar valor a nuestra oferta, de lo contrario estaríamos cayendo en el grave error de competir con precios. Crear nuevas líneas de negocios parecería imposible cuando no miramos más allá de lo que sabemos.

Abrir la mente al cambio nos posibilita entrar al estudio de las tendencias del consumidor, del mercado. El entono va creando necesidades y es ahí cuando las nuevas tecnologías aparecen para ayudarnos a sumergirnos a mercados poco explorados. No todo se hace de la misma forma en que nos enseñaron, hay maneras más rápidas y eficientes para lograrlo. Si tengo una oferta confiable en entregas, ya comenzamos a competir sin rebajar precios.

Nuestra oferta (servicio, producto) se supone que cumple en los requisitos obvios de calidad y funcionalidad. Pero de nada sirve lo anterior si no conozco al cliente: ¿Se en realidad quién es el? ¿Qué experiencia busca con mi servicio o producto? ¿Qué vacíos tiene? ¿En verdad el precio es relevante? Etc. Podemos hacernos todas las preguntas necesarias para encontrar la manera de darle valor a nuestra oferta, casi que personalizada. No es crear un producto para cada cliente obligatoriamente, es ofertar con innovación un valor único para su necesidad.

La innovación abarca todos los procesos en la cadena de valor de un servicio/producto: Innovar su fabricación para reducir costos, en funcionalidad para ofrecer solo lo verdaderamente útil para nuestro cliente, su presentación, en su negociación, su logística de entrega más ágil, sus usos finales, etc. Todos esos puntos a nuestro favor comienzan a marcar la diferencia con nuestra competencia, relevándolos entonces a ellos a otro plano que no debería importarnos si lo hacemos bien.

Cuando encontremos nuestro océano azul debemos continuar innovando, conocer el ciclo de vida de nuestro producto y evitar volvernos obsoletos, tendremos tiempo de adelantarnos para crear y lanzar nuevas líneas de producto en nuestra oferta y así evitaremos que nuestra estrategia sea imitada por nuestra competencia.